Mejora cognitiva.

Desde el año 1997, el Dr Dharma Singh Khalsa, director médico e investigador de la Fundación en prevención del Alzheimer (Tucson, Arizona), lleva a cabo estudios que demuestran que una meditación específica y realizada a diario, puede tener un impacto significativo sobre la memoria y la calidad de vida de las personas con problemas de pérdida de memoria, ya que se ha observado que aumenta la actividad cerebral en áreas centrales implicadas en la memoria y suponen una mejora cognitiva.

Recientemente se ha publicado una revisión en el Journal of Alzheimer’s Disease, que explica todos los resultados y publicaciones obtenidas hasta la fecha actual y en donde se discute sobre la importancia de los efectos negativos que produce el estrés como un factor más, en el proceso de la enfermedad de Alzheimer. La meditación a la que se refieren en estos estudios, se denomina Kirtan kriya y es una técnica fácil de aprender, la cual requiere de tan solo 12 minutos diarios y que se realiza durante un programa de intervención de 8 semanas. No tan solo se han realizado estudios en personas con deterioro cognitivo, sino que también se han publicado resultados con los cuidadores de estas personas, los cuales están sometidos a un profundo estrés emocional.

El lóbulo frontal del cerebro, que se sitúa en la parte más anterior de nuestra cabeza y que interviene en procesos de atención y concentración,  se ha demostrado que están afectados en pacientes con trastornos de demencia. Este mismo lóbulo frontal y junto al lóbulo parietal (parte más media y lateral de nuestra cabeza), están implicados en la recuperación de los recuerdos. Un estudio publicado en 2009 en el Nuclear Medicine Communication, muestra que existe una mayor activación en estas áreas como resultado de la meditación.

Se conoce que el flujo sanguíneo cerebral se ve reducido en las demencias y podemos encontrar resultados publicados en 2010 en el Journal of Alzheimer’s Disease, que básicamente demuestran que existe un aumento de este flujo sanguíneo en áreas específicas de nuestro cerebro, como el llamado gyro cingulado posterior, muy conectado con el hipocampo, que es una zona muy importante para los diferentes tipos de memoria que tenemos y de la función emocional.  También se observa este aumento del flujo sanguíneo en áreas como la corteza prefrontal derecha, que nos ayuda a mantener la atención continuada, y en áreas más medias del lóbulo frontal de nuestro cerebro que están conectadas con el sistema límbico,  nuestro cerebro más emocional.

En 2011, se publica en el Psychiatry Research los efectos que producen a nivel cerebral dos meditaciones diferentes. En este estudio, se observa como la meditación kirtan kriya, que se trata de una meditación focalizada al compararla con otra meditación más profunda, favorece al aumento de la atención y la conciencia, a la vez que interviene en la reducción del estrés.

Otro estudio realizado en 2012 y publicado en el Journal Alternative and Complementary Medicine, demuestra a través de pruebas neurológicas que la meditación mejora el estado de ánimo, la energía, el bienestar emocional y reduce la ansiedad, en personas con pérdida de memoria. Ese mismo año, en el International Journal of Geriatric Psychiatry, se obtiene una mejora de los síntomas depresivos, de la salud mental, el bienestar y la memoria de familiares y cuidadores que han intervenido en un programa de meditación. Este mismo estudio encuentra una mejora en la actividad de la telomerasa, una enzima que permite el alargamiento de los extremos de nuestros cromosomas, ya que es conocido que el tamaño reducido de estos extremos (llamados telómeros) se relacionan con una baja esperanza de vida, el envejecimiento y la demencia.

Un estudio realizado por diferentes investigadores en la Universidad de Virginia (EEUU) y que utilizan la misma meditación, también encuentran una reducción del estrés,  una mejora psicológica (del estado del ánimo)  y mejora del sueño, tanto en pacientes con Alzheimer como de sus cuidadores una vez han realizado la meditación durante 8 semanas.

En la revista Psychoneuroendocrinology, se publican en 2013 resultados que sugieren una relación beneficiosa entre los efectos de la meditación con genes asociados en procesos inflamatorios y la reducción de factores pro-inflamatorios. Asimismo se encuentran también una mayor expresión de genes implicados en la función positiva del sistema inmune (mejora de nuestras defensas) y de la glucosa (mejora de la insulina).

Otras de las recomendaciones que nos sugiere el autor de esta revisión junto a la meditación kirtan kriya, es la modificación de la dieta, así como la incorporación de hábitos saludables como sería el ejercicio físico, la estimulación mental y la sociabilidad, los cuales pueden ser factores beneficiosos en la prevención del deterioro cognitivo.

Artículo escrito por
Toni Cañete
, neurocientífico.

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