Tempus fugit (el tiempo huye, el tiempo se escapa, el tiempo vuela) es una locución latina que hace referencia explícita al veloz transcurso del tiempo. Habitualmente, podemos encontrar la expresión inscrita en relojes de sol, de péndulo o de cualquier otro tipo, invitando a la reflexión sobre la fugacidad del tiempo que mide el instrumento.

En cualquier caso, la interpretación de esta locución latina se asocia a una filosofía de carácter vitalista, que recomienda vivir la vida como un conjunto de momentos presentes, planificados en corto plazo, en lugar de como una consecución de metas lejanas. También la podemos asociar a otras expresiones latinas que desprenden la misma esencia: carpe diem (aprovecha el momento), del poeta latino Horacio: Si tempus fugit, carpe diem; es decir, si el tiempo vuela, aprovechemos la ocasión y el momento.

Pero resulta que en el siglo XXI, el tiempo laboral se ha totalizado hoy convirtiéndose en el tiempo absoluto. Si resulta que nuestro tiempo vital o la duración de nuestra vida coincide por completo con el tiempo laboral, como en parte está sucediendo ya hoy, entonces la propia vida se vuelve radicalmente fugaz. Y nos encontramos con una vida para trabajar en vez de un trabajo para vivir.

 

 

Lee el artículo completo en YO SOY MUJER